Hamacas
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¿Qué son las hamacas?
Una hamaca es esencialmente una pieza de tela que se cuelga entre dos puntos. Puedes utilizar las hamacas para leer, dormir o simplemente para relajarte. Como la hamaca se balancea suavemente, tumbarse en una hamaca es una experiencia muy relajante.
¿De dónde viene la palabra hamaca?
La hamaca encarna la actitud latinoamericana ante la vida mejor que cualquier otra cosa, como puedes haber visto por ti mismo en el Caribe, Brasil o México.
En el noreste de Brasil, los países del Caribe y las regiones tropicales de América Latina, la vida sin una hamaca es impensable. Algo que casi nadie sabe es que Colón no solo descubrió América, sino también la hamaca. La trajo a Europa en los grandes viajes de descubrimiento, donde se hizo especialmente popular entre los marineros de la época colonial. Hoy en día, la hamaca es uno de los accesorios favoritos para niños, parejas, familias, viajeros y terapeutas. Su objetivo es ofrecerte relajación y comodidad. También hay razones prácticas para usar una hamaca: no ocupa mucho espacio y es muy fácil de instalar o guardar; solo necesitas unos segundos para colgarla o desmontarla.
El origen de la hamaca
El origen de la hamaca está en los indios de América central y del Sur (Taínos). Estos indígenas sabían desde hace tiempo que tenían algo importante, pues durante cientos de años describieron la hamaca como «la cuna de los dioses». Las primeras hamacas se hicieron con la corteza del árbol Hamack, que dio a la «hamaka» su nombre taíno. Este nombre se convertiría en «hamaca» en español, el idioma de los exploradores europeos, y con el tiempo se transformó en la palabra inglesa «hamaca».
La hamaca en el mar
En las Bahamas, el 17 de octubre de 1492, solo cinco días después de su llegada, Colón descubrió por primera vez la hamaca; según sus notas, se sorprendió al descubrir que «la gente dormía en redes entre árboles». Introdujo la hamaca en Europa, donde se hizo especialmente popular entre los marineros de aquel momento. En lugar de tener que dormir sobre la cubierta dura y húmeda, que estaba sucia y repleta de alimañas, ahora podían relajarse en una hamaca y dejar que las olas los mecieran suavemente.